domingo, 15 de febrero de 2009

LA FE MAL ADMINISTRADA;


"¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿Y sobre quién se ha manifestado el brazo del Señor?"

1 ¿Quién ha creído a nuestro mensaje y a quién se le ha revelado el poder del Señor?

Isaías 53:1

Cuando salimos al campo de evangelización, vemos la necesidad extraordinaria que hay en la vida de las personas en general; necesidad que Dios se revele en las vidas de la gente, necesidad del favor de Dios; pero fundamentalmente vemos que estamos rodeados de una multitud incrédula. A pesar de que vemos muchísimas personas en las iglesias desfilando para rendir culto a un Dios, percibimos que en proporción son pocos los que creen en algo, o en el Dios verdadero. Y para coronación de los males, muchos tienen la fe mal administrada; creen desatinadamente en ídolos, hechicerías, parapsicología, en imperios demoníacos.

Son personas totalmente ciegas espirituales a quienes les parece que es cosa de ignorantes creer en Dios, y muchos sin embargo, corren en pos de curanderos, hechiceros, falsos sanadores, depositando su fe en el poder del mal. Otros, más nefastos aún, que profesan creer en Dios, lo encajonan, o lo restringen diciendo que el PODER de Dios hoy en día ya no se VE, y declaran que son cosas del pasado. Llevan en sus corazones a un Dios histórico, y toman a las Sagradas Escrituras como un libro de leyendas, de fábulas apetitosas ansiando haber vivido en esa época, y se olvidan que el Dios nuestro es un Dios que vive y vive para siempre. Que es el mismo de ayer y hoy, por los siglos de los siglos. Y lamentablemente Dios no puede glorificar a la humanidad entera como Él hubiera deseado, y todo por la INCREDULIDAD.

Pero afortunadamente hay miles y millones de personas que reconocemos, conocemos y difundimos el PODER DE DIOS. Por esa razón, hoy una vez más es necesario que reafirmemos nuestra FE, y proclamemos la misericordia de nuestro Creador, y seamos portadores de su presencia propagando su Amor, dando testimonios de su PIEDAD, para que aquellos que no caminan en dirección a ÉL, puedan ver el verdadero sendero de la salvación, y finalmente sean bendecidos.

Con temor y reverencia caminemos siempre A LOS PIES DEL MAESTRO.

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