viernes, 25 de diciembre de 2009

Llegó la Navidad

Llegó la Navidad ¿Cómo podemos celebrar su nacimiento?
CnT-Reflexiones

Llegó la Navidad junto a ella un mundo de felicidad y reflexión, creo que es el mes en que el ser humano no sólo se vuelve sensible con ciertos signos e imágenes que la acompaña. Signos e imágenes que nos vuelve la mirada aquel que nació en un humilde pesebre: Jesús. También, la navidad nos hace olvidar los sinsabores y desgastes de lo acontecido en todo el año 2009.

Hace ya un tiempo atrás escribí una reflexión sobre las dos formas de celebrar este acontecimiento, “me di cuenta que también podríamos vivir la navidad de dos manera, desde arriba, de los que solo piensan en su individualismo y las ganas de hacer dinero a costa de los más pobres. O cuando lo teñimos de demasiada "espiritualidad", y eso nos hace olvidar del otro.

Allí pude comprender que la Navidad debe ser vivida desde abajo, de los excluidos de nuestra sociedad: los pobres, los desempleados, los inmigrantes, los que no tienen un techo, etc. Jesús vivió esa experiencia como niño; en el momento de nacer su madre no encontró un lugar, tuvo que dar a luz a las afueras de la ciudad de Belén.” (1) En condiciones infrahumanas, al respecto nos dice el Dr. René Krüger:

“(…) Como el Niño en el pesebre. Dios se hace totalmente débil, se expone y se arriesga. Lo hace para llegar a lo más frágil, humilde y desprotegido de nuestra humanidad. A las personas más vulnerables, débiles e indefensas. A lo más quebradizo, endeble e indefendible en nosotros.” (2)

El Dios con nosotros asume el dolor, el sufrimiento del ser humano, como lo registra el poema de mi estimado colega Rev. Obed Juan Vizcaíno Nájera (3):


Emanuel

¡Dios humanidad!
Transitas por este mundo,
hecho carne, sentimiento y dolor,
constancia y liberación.

¡Dios esperanza!
Nos das aliento en las luchas cotidianas,
de los pueblos que caminan las rutas necesarias
del compromiso y de la liberación.

¡Dios humildad!
Te ofrezco mi corazón como pesebre,
como cuna de tus sueños que son los míos.
Te ofrendo mi esfuerzo cotidiano,
Mis lágrimas y mis alegrías que son tuyas.

¡Dios realidad!
Permite en este tiempo que cuide tu fragilidad,
niño nacido en nuestra tierra que se libera,
del imperio que siempre persiste en las ambiciones
de quienes se han convertido en lobos sanguinarios
de hombres y mujeres de nuestra tierra.

¡Dios hermano!
Ejemplo solidario hecho cotidianidad,
vives en nosotros y a través de nuestras acciones.
Somos tus brazos y manos tendidas a los débiles,
aquellos olvidados por la sociedad y la religión,
dignificados por tu acción y amor infinitos.

¡Emanuel!
Dios eternamente con nosotros y nosotras,
transitamos contigo caminos de divinidad.
Construcción de Nueva Humanidad,
Hombres y Mujeres libres,
Cielo y Tierra Nuevos.


Ante tanta frivolidad e individualismo de nuestra sociedad religiosa y civil, nos debe llevar a pensar a todos los que hemos dejados que Dios nazca en nuestros corazones, que su experiencia débil y dolorosa se refleja en cada persona sufriente y necesitada que encontramos en nuestro paso hacia la iglesia, pensemos que hay otra navidad, una navidad de los invisibles de nuestra sociedad, como afirma Obed Juan Vizcaíno Nájera en su poema titulado “¡Otra Navidad! (4):


En el encuentro casi casual,
de una sonrisa triste y suplicante,
te vemos en el rostro de un niño
que ruega un trozo de pan,
frente a la opulencia insensible
de quienes vivimos apresurados
entre vidrieras y mostradores,
en medio de fiestas y derroches.

No queremos reconocerte,
estamos ocupados en compras,
en la pretensión de sentirnos felices,
ignorando los rostros entristecidos
de quienes sufren nuestra indolencia.

Te ignoramos en el rostro sin sonrisa,
en las manos tendidas sin respuestas.

No queremos verte en los niños y niñas
que ofrecen limpiar nuestros zapatos,
no nos fijamos que andan descalzos.

Tus pies desnudos pisan el suelo
de la patria que te vio nacer pobre,
que te verá quizás morir abandonado.

Te hemos visto sufriendo soledades,
en pesebres callejeros improvisados
en callejones oscuros e inseguros,
de una ciudad indolente que te ignora.

Te hemos visto durmiendo en el suelo,
arropado con cartones y periódicos.

Te vemos extender tu mano suplicante,
rogando un pedazo de pan sobrante
de las mesas que vestimos de fiesta,
ignorando tu hambre y tu soledad.

Te vemos a diario en las esquinas,
vendiendo tu esfuerzo y tu existencia,
en el regateo diario de mercancías,
compra - venta de cuerpos y deseos.

Te hemos visto Jesús,
por las calles de ciudades y pueblos,
mostrando tu miseria y abandono.

Te vemos crucificado sin celebraciones.
Hemos visto a Herodes sanguinarios,
hambrientos de sangre y sufrimiento.
Perseguirte por nuestras calles,
queriendo esconder tú presencia.

Oye Jesús,
quiero que vengas a mi corazón,
que te sientas en confianza en mi mesa,
y hagas de mi corazón un pesebre
bien abrigado y siempre calido.

Quiero acompañar tu soledad,
ser uno contigo en los que sufren,
en aquellos que la sociedad rechaza.



Al pensar y celebrar este acontecimiento deseo que en esta navidad Dios siga encarnándose en nuestras vidas de manera que podamos conocerlo mejor y experimentar su presencia de una manera más profunda. Esta experiencia debe llevarnos a reflexionar hoy en estas fiestas decembrinas; estamos celebrando una navidad desde arriba, de aquellos que no se acuerdan de los que sufren y andan por ahí buscando un lugar para descansar o somos aquellos que estamos al lado de los que sufren y luchan, aquellos que piden ser vistos y buscan un espacio para vivir mejor. (5) Entonces antes de levantar las copas y pedir por nosotros debemos preguntarnos: ¿Podemos celebrar su nacimiento?


En un mundo de violencia se busca la Paz; ¿se la encontrará?
En un mundo de injusticia se busca la justicia; ¿se la encontrará?
En un mundo de egoísmo se busca la solidaridad; ¿se la encontrará?
En un mundo de soledad se busca el amor; ¿se lo encontrará?

En un mundo así ¿cómo podemos celebrar el nacimiento de un niño?

Porque ese niño es Dios;
Un Dios que vino en medio de la violencia para traer la Paz;
Un Dios que vino en medio de la injusticia para traer la justicia;
Un Dios que vino en medio de egoísmo para traer la solidaridad;
Un Dios que vino en medio de la soledad para traer el amor;

Un Dios que no vino en poder, sino en vulnerabilidad;
Un Dios que no vino en riqueza sino en pobreza;
Un Dios que no vino para ser servido sino para servir;

Celebremos su nacimiento no solamente para mirar, ni aun para admirar, sino para compartir su misión…. (6) Entonces cuando hacemos nuestra la causa de Cristo, pode decir FELIZ NAVIDAD.

Luis Eduardo Cantero es teólogo, pastor bautista, filósofo y docente. Decano y profesor del Seminario Teológico Misionero Tiranno de San Justo, Bs. As, Argentina. Miembro de la Iglesia Evangélica Bautista de Flores. www.luiseduardocantero.es.tl
www.transformandovida.visitame.es

____________

(1) Luis Eduardo Cantero, “Dos formas de celebrar la navidad” en http://www.protestantedigital.com/new/nowleerarticulo.php?r=233&a=2564
(2) Mensaje de reflexión enviado por el Dr. René Krüger a mi correo 24 de diciembre de 2009.
(3) Obed Juan Vizcaíno Nájera, poema “Emanuel” mensaje enviado a mi correo luisecantero@yahoo.com 18 de diciembre de 2009.
(4) Obed Juan Vizcaíno Nájera, poema “¡Otra Navidad!” en http://luiseduardocantero.blogspot.com/2009/12/otra-navidad.html
(5) Cantero, “Dos formas de celebrar la navidad”, op., cit.,
(6) Mensaje enviado por Carlos Scott por mail el 12 de diciembre de 2009.

Publicado por Editor de Contenidos, el Viernes, 25 de Diciembre 2009

lunes, 7 de diciembre de 2009

Volver a la Senda Antigua


Por Néstor Martinez

En Jeremías 2:32, leemos: ¿Se olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días, (La virgen y la desposada, aquí, son el prototipo de la iglesia. A ella va la queja divina del olvido).

En el mismo libro, pero en 18:15, Dios expresa: Porque mi pueblo me ha olvidado, incensando lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino transitado.

Parecería haber un contrasentido aquí. Por un lado, dice que debemos volver a las sendas antiguas, en tanto que por el otro, señala que no debemos caminar por sendas transitadas. Sería contradictorio, efectivamente esto, si lo tomáramos de un modo literal. Pero no lo es por una razón muy simple: las sendas antiguas, son aquellas de la iglesia primitiva, la que vemos en el Libro de los Hechos, la que vivía por fe y sin saber lo que sucedería al minuto siguiente.

Indudablemente que no es esta, la que vemos mayoritariamente hoy, en la que todo es previsible, que a veces es exageradamente ordenada, que por momentos llega a ser humanamente controlada, la que no se aparta jamás de un "orden de culto", que nadie sabe quien caracoles inventó, la que ha terminado adorando la estructura que armó, por encima del Creador de la vida, la que centra sus mayores expectativas en sus templos o sus denominaciones, que en la Presencia del Dios viviente en ellos.

Todo esto es lo que se llama aquí "Camino Transitado", prefijado, previsible, rutinario. Senda antigua, por ejemplo, es la iglesia de las casas de familia, aunque no exclusiva ni definitivamente, la de los espacios abiertos, aquella iglesia subterránea de países musulmanes, la que no negocia con la sociedad impía privilegios o prebendas oficiales, ni tampoco con el orden religioso estructural, ya sea oficial como propio.

Por eso es que en Jeremías 17:10, Dios añade: Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su corazón, según el fruto de sus obras.

Sin embargo, donde mejor se expresa esto con mayor claridad conforme al pensamiento de Dios y lo que podemos ver con cotidiana realidad, está en Oseas 8:4: Ellos (Está diciendo "mi pueblo", "mi iglesia"), establecieron reyes (O sea: gobiernos, liderazgos,) pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes (Que son liderazgos secundarios) mas yo no lo supe; de su plata y de su oro (Esto es, de su potencial económico, iglesia) hicieron ídolos para sí (Te recuerdo que Ídolo es cualquier cosa que tome el primer lugar reemplazando a Dios. Dinero, poder, política, filosofía, intelectualismo, ciencia, acción social, status religioso) para ser ellos mismos destruidos.

Es una pintura, esta, que se adapta bastante a lo que tú y yo podemos ver a nuestro alrededor sin caminar demasiado. Y no sería tan dramática si no fuera por la contundencia de la última palabra del texto bíblico. ¿Dice Destruidos? Sí. ¿Exagerará Dios? Mi Dios no exagera nunca, el tuyo no lo sé.

La Iglesia Genuina

Néstor A. Martinez

Dice en los originales de la segunda Carta de Pablo a Timoteo, que toda la Escritura es inspirada por Dios para nuestro provecho. Dice también que la iglesia va a retornar a lo que fuera, según lo leemos en el Libro de los Hechos.

Sin embargo, nosotros vemos eso y no encontramos ninguna conexión con la realidad presente. ¿Y sabes que? Lo aceptamos. Decimos: "Está bien; los tiempos cambian. Ahora tendrá que ser así". No. En absoluto. No.

Porque lo que está escrito allí, en modo alguno son historias o historietas para ilustrar clases infantiles en iglesias modernas los domingos por la mañana, mientras los padres se reúnen a debatir para ver que salario van a abonarle al pastor en los próximos meses. Lo que está escrito allí, sucedió así, exactamente como lo relatan. ¡No es historia de ficción! Entonces, cuando hablamos de retrotraernos a la iglesia primitiva, la que vemos operar en Hechos, no podemos encontrar relación alguna que nos resulte coherente con nuestra realidad. Ni siquiera nos entra en la mente que, por ejemplo, en medio de una predicación pastoral, alguien que ha recibido una palabra fresca y Rhema del Señor, se ponga de pie e interrumpa al orador. Sin embargo, en la iglesia abierta de Corintios, vemos que es así. "Calle el primero", dice...

Aquella gente hizo esa clase de iglesia. Y era gente común, como tú o yo. Y fíjate que nosotros, hoy, tenemos la gran ventaja de tener mayor capacidad de entendimiento y toda el conocimiento de la historia a nuestro favor.

Mucha es la gente que no encuentra relevancia entre la letra y la vida. Es por eso que, ministerios muy singulares que operan en la libertad de Cristo, traen palabra relevante para el día presente y ,por ese motivo, resultan chocantes. Simplemente, porque no estamos acostumbrados a actualizar la letra todo el tiempo. Sin embargo, ese es el provecho que tú puedes sacarle a la Biblia: encarnarla y vivirla día a día.

La Palabra dice que la realidad y la Escritura se unen en el mundo natural. Que vamos a poder disfrutar el regreso, es decir: vamos a poder encarnarlo, vamos a poder vivir las cosas que Dios está haciendo.

Lo que hoy consideramos como iglesia, no es el concepto de lo que Dios tenía para la iglesia. Reitero: lo que hoy conocemos como La Iglesia, esto es: la mentalidad, cuando alguien menciona "iglesia", lo que a ti te viene a la mente, no es lo que Dios tenía en Su mente cuando dijo que quería hacer la iglesia.

Cuando tú dices "iglesia", inmediatamente viene a tu mente una fotografía de lo que hoy es una iglesia, pero cuando Dios dice Iglesia, Él no está viendo absolutamente nada de lo que tú estás viendo.

Sin embargo, la iglesia de este siglo va a emparejarse con la visión de Dios, no con los planes de los hombres que la constituyen. Van a haber muchos cambios, y varios de ellos muy duros y casi hasta inaceptables para las máximas jerarquías establecidas. Así es que no debes conformarte y aceptar la actitud esa de que "ya hemos llegado".

Aún no hemos llegado a ninguna parte. Es más; al igual que el antiguo pueblo, estamos dando vueltas en círculos, mientras murmuramos y nos quejamos de todo. Para poder movernos y caminar hacia donde Dios quiere, vamos a tener que identificarnos con nuevas dimensiones espirituales.

martes, 3 de noviembre de 2009

Gran pueblo uruguayo.

Hola Amigos y amigas, levante esta carta que el año pasado les envie a los Diputados uruguayos....quise compartir con ustedes....




Señores y Señoras Diputados y Diputadas:

Me acerco a ustedes con el corazón en la mano, primeramente para abrazarlos, para honrar el manto que ha puesto Dios sobre ustedes, porque están en eminencia, son autoridad sobre el gran pueblo uruguayo.

Soy una servidora del Dios Altísimo, a quien predico con fervor. Lo hago a tiempo y fuera de tiempo, porque sé que no hay otro Dios fuera de Él.

Mi nombre es Ada Urbano, tengo 48 años, estoy casada hace 27 años, tengo 5 hijos y un nieto. Vivo en Posadas, capital de Misiones, en la República Argentina. Mi actividad secular es acompañar a mi esposo en un estudio de diseño gráfico.

En lo espiritual, soy Apostol.

Me acerco a ustedes para dar mi punto de vista acerca de la legalización del aborto que se intenta efectuar en Uruguay.

A mi juicio, el aborto es un hecho horrendo, criminal, tan sucio como cualquier delito de homicidio. ¿Quién de nosotros podríamos usurpar el banco de Dios? Podrán algunos decirme que Dios no existe, o que, si existe, al menos hasta hoy no se hizo conocer. Estas son algunas de las excusas que utilizamos cuando queremos hacer nuestra voluntad y no la de Él. No hablo de religión, porque Dios no es religión: Dios es Dios, y es todo poderoso, Él todo lo ve, está en todo lugar y todo lo puede.

Sé que podrán refutar mis concepciones afirmando que con la legalización del aborto se evitarán muertes prematuras de mamás adolescentes, se evitará que muchos niños tengan una infancia sin amor, cuando se trata de embarazos no deseados. Pero permítanme decirles que Dios nos ha dado inteligencia y sabiduría para que podamos educar a nuestros pueblos, podemos evitar llegar a ese punto valiéndonos de otros métodos. A ustedes, que están en autoridad sobre nuestras sociedades, Dios les pedirá un resumen de cuenta más riguroso, no sólo por legalizar el aborto –es decir, por facilitar el crimen-, sino también por no hacer todo lo suficiente para educar al pueblo.

Nosotros los que trabajamos para la gran empresa de Dios tenemos el deber y el mandato divino de orar por nuestros gobernantes, y si ustedes están en ese lugar, es porque Dios lo ha posibilitado, porque fueron señalados desde el vientre de sus madres, era en el Congreso del Uruguay donde iban a desempeñar una actividad de mucha responsabilidad, un trabajo de relevancia no sólo para el pueblo uruguayo, sino para Dios en primera instancia. Todo eso se cumple por voluntad de Dios. No vamos a escapar del tribunal de Cristo. Mientras vivamos en este planeta, Jesucristo es nuestro abogado: cuando erramos y nos arrepentimos, Él nos perdona, pero cuando desencarnamos se convierte en nuestro juez.

Ruego al Dios Altísimo y a su hijo Jesucristo, el Rey de Gloria, que cuando lean esta carta Él esté sentado en el Trono de sus Corazones, para mirar con ojos celestiales y decidir con mente divina, y no la del humano.

Sé de las presiones sociales que pueden ustedes tener, presiones también de los profesionales de la salud, que muchas veces se sienten impotentes porque ven morirse a mujeres niñas, a mujeres jóvenes que por llegar muy tarde a lugares hospitalarios la han visto escaparse de sus manos para, finalmente, firmar un certificado de defunción. Sé que ustedes querrán agradar al hombre, para seguir escalando en su carrera política. Pero, si me permiten la reflexión, quiero decirles que de tanto querer agradar al hombre muchas veces nos olvidamos del Supremo, hacedor del cielo y de la tierra.

En cada asesinato hay un impacto muy fuerte en la faz espiritual, un golpe que todos acusamos. Como no vemos esas cicatrices del alma, lamentablemente creemos que no existe tal cosa. En verdad, esas decisiones actúan como un boomerang hacia nuestras vidas y el universo entero: esto no termina con matar, solamente. A partir de allí se emprende un movimiento espiritual tremendo, empezamos a escribir una nueva historia en El Libro de la Vida, libro que será abierto cuando estemos ante el tribunal de Cristo. Todos rendiremos cuenta ante el Señor, ante Él se doblarán todas las rodillas, confesarán todas las lenguas, sin importar etnia alguna, favoritismo político, nacionalidad, ni religión. Él es el Señor de señores, el Rey de reyes.

Simplemente les pido que reflexionemos, a modo de ejercicio espiritual: ¿Qué pasaría si usted estuviera en gestación y su madre quisiera asesinarle?

Quiero contarles una historia personal. Con tres meses de embarazo, mi madre descubre una terrible mentira de mi padre: él ya estaba casado, aunque, obviamente, no con mi progenitora. Ella, decepcionada y encima embarazada, se encontró, de repente, en un río de desesperación. Fue allí cuando decidió hablar con la dueña de la casa que alquilaba, a quien contó su gran problema… problema que de entonces se llama Ada.

La dueña de casa no tuvo una idea más brillante que sugerirle un aborto, diciéndole que el médico que le asistiría era un amigo de absoluta seguridad en cuanto a su conocimiento profesional, todo iba a ser “muy rápido”, “no duele nada”, decía la señora.

Y así llegó el día del mentado aborto. Mi madre, sentada junto a su compañera en la sala de espera del sanatorio, tiene necesidad de pasar al sanitario. Grande fue su sorpresa cuando vio un embrión totalmente definido, envuelto en un algodón, tirado en una esquina del baño. Desde luego, mi madre se sintió abrumada y salió de ese lugar totalmente decidida a no someterse a tal atrocidad. Consternada, le comunica a su acompañante que desistía, que no le interesaba ya la consulta con el profesional. Se dirigió hacia la puerta de salida y su acompañante solidaria la insistía: “no seas tonta, sos joven, te vas a arruinar la vida, sacate eso, no es peligroso, es cuestión de minutos”, palabras más, palabras menos.

En ese instante mi madre se detuvo: “Acabo de ver un bebé muerto, tirado en la esquina de baño, cerca del inodoro… eso no me gusta, me asusta”, atinó a decir. La mujer horrorizada no lo podía creer, “no puede ser, cómo que va estar ahí un bebé”. La invitó a mi mamá a que la acompañara a mostrarle eso que aseguraba haber visto. Cinco minutos después volvieron al sanitario: jamás encontraron ese embrión que, para la gloria de Dios, sumó en la decisión de mi madre de no matarme.

Y aquella decisión rindió sus frutos, en tipos donde tener hijos “naturales” todavía era una burla, un bochorno, una situación vergonzante: valió para que ella se vista de valentía y se pusiera en posición de guerrera, para llevar adelante por nueve lunas esa vida que hoy está dando su testimonio.

Esto que narro me enteré cuando tenía 15 años. Cuando lo conocí a Dios, a los 40, se me hizo a un lado el velo de ceguera espiritual, me di cuenta que Dios me sostuvo con su mano poderosa, me protegió desde el vientre de mi madre, porque tenía un propósito en mi vida. Cómo no honrarlo, cómo no servirlo, cómo no pararme para decir No al Aborto, cómo no decir Sí a la Vida.

Les envío un gran abrazo. Espero mi testimonio haya dado luz y amor a sus corazones. Ruego al Dios de todo poder que derrame sobre sus vidas sabiduría infinita para discernir lo que está bien y lo que está mal, y sobre todo, que les brinde la capacidad de aceptar que la vida es un misterio y que hay que escudriñar en nuestro corazón ese tesoro escondido que todos tenemos.

Jesucristo es su nombre, que es nombre sobre todo nombre, que es el hijo del Dios Viviente, que vino a darnos palabras de vida eterna, y por amor a la humanidad se ofreció a morir por nosotros. Honrémoslo haciendo su voluntad y no la nuestra. Él al morirse nos dió vida, y vida en abundancia, porque esa es su naturaleza. Nos amó con amor eterno, y su misericordia se renueva cada mañana sobre nuestras vidas. Él sólo anhela de nosotros que nos sometamos a su Señorío para que nos pueda conducir a la Victoria, para que podamos vivir en su gloria, llevando en nosotros una vida sin derrotas, sabiendo que ÉL VIVE Y REINA POR LO SIGLOS DE LOS SIGLOS.

Noviembre 2008

Ada Urbano

D.N.I 17.630.408

Sarmiento 1420 2.Piso Dto. F

C:P 3300-Posadas Misiones, Argentina

Tel 54-3752-424010-438777

sábado, 11 de abril de 2009

PRISIONEROS DEL TIEMPO www.radiomas929.com.ar


Programa radial de 23 a 0 hs- de lunes a viernes
Dentro de lo que pueden significar dimensiones desconocidas para el hombre, están las del concepto del tiempo. El hombre nace en el tiempo, vive en el tiempo y muere en el tiempo. Para nadie es desconocido que el tiempo es una cárcel en la que el hombre, prisionero de esta terrible dimensión llamada tiempo, vive y desarrolla su vida, sueña y ensueña la vida, vive en ese campo de la prisión de sus propios deseos. El tiempo, simplemente transcurre sobre el hombre sin que el hombre pueda hacer nada para modificarlo y cambiarlo. Es una cárcel. El hombre nace en el tiempo, vive en el tiempo y se derrumba en el tiempo. Todo colapsa en el tiempo. Está escrito que algún día, el mismo mundo será destruido por el tiempo y en el tiempo.
Está escrito que los cielos se envejecerán como se envejece una vestidura de vestir, dice el texto de Isaías. Serán muchas las cosas que van a colapsar. Todo colapsa en el tiempo. Las cosas nacen, viven y mueren en el tiempo. El hombre vive, en ese tiempo, todas las experiencias; desde las más sublimes como ver nacer a un hijo hasta las otras. Es en el tiempo donde los hombres viven el amor, el odio, la abundancia y hasta la miseria. Es en el tiempo, también, donde son posibles todas las alegrías, pero también todas las desgracias. Definitivamente: el hombre es un prisionero del tiempo.
La tierra, dentro de la cual seis mil millones de seres se debaten entre la vida y la muerte, entre el amor y el odio, también es el lugar en donde los hombres gustan y degustan sus pequeños y efímeros placeres, pero también se llenan de terror, de angustia, de expectativas negativas frente a la muerte, al hambre, a la desnudez y a la miseria humana. Esto es el tiempo, terrible cárcel en la que el hombre se debate.
Es entonces allí, en medio de esa tremenda visión casi sideral, que el apóstol Pablo tiene, con esa excelente pluma literaria con la que él describe las cosas del tiempo; es en medio de esa visión en que él da una palabra impactante a la iglesia. Y les dice esta frase a los hombres de Roma como hoy nos la dice a nosotros: No se conformen al presente siglo; no se conformen al tiempo en el que ustedes han nacido; no se conformen a estar prisioneros del tiempo en el que ustedes están viviendo. Él nos invita, nos incita, es el Espíritu Santo el que sopla sobre la iglesia y nos llama a rebelarnos contra esa prisión llamada tiempo. Y nos dice: ¡Salgan de ese tiempo! ¡Rebélense contra ese tiempo! ¡No se conformen a ese tiempo! Tengan la capacidad de cambiar su manera de pensar, para así poder cambiar su manera de vivir.

CRONOS Y KAIROS...www.radiomas929.com.ar














Así como los griegos hablaban del tiempo KRONOS, el tiempo humano donde suceden y transcurren todas las alegrías, peripecias, placeres y dolores del hombre, así también hablaban del otro tiempo, el que ellos llamaban “el tiempo de los dioses”, al que denominaban KAIROS. De modo que habían dos conceptos del tiempo en el lenguaje de la filosofía griega, que es precisamente el lenguaje con el cual se escribió el Nuevo Testamento. El concepto del tiempo humano, KRONOS, y el concepto del tiempo divino, KAIROS. Y el apóstol Pablo, lo que busca, es sacarnos de ese KRONOS y meternos en el KAIROS, que es el tiempo divino, el tiempo del viento recio, ese tiempo donde las cosas imposibles son posibles.
Por eso es que el profeta Isaías recoge esas palabras monumentales de Jehová, Dios de los ejércitos. Así como son más altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que vuestros caminos. Mis pensamientos no son como vuestros pensamientos, ni mis caminos como vuestros caminos. El hombre tiene que elevarse al pensamiento de Dios, al camino de Dios, tiene que tener la fuerza para propulsarse a esas grandiosas esferas. Tiene que salir de alguna manera de esta esfera de secuestro que es la tierra y ver la tierra, en el sentido espiritual.
Cuando nos levantamos en el tiempo de Dios, todas las cosas de esta tierra serán minúsculas, pero mientras estemos metidos en esta tierra, hasta el problema más chico nos parece enorme, inmenso. Es la fe que nos levanta a Dios, que nos levanta a los imposibles, la que nos da la libertad de escaparnos a cualquier tragedia, la que nos convierte en invencibles y la que nos permite pisotear nuestros problemas y vencer en el nombre de Jesús. Es el tiempo de Dios.
En toda la Biblia se entremezclan los dos tiempos: el KRONOS humano y el KAIROS de Dios. Este es el ámbito que tuvo Juan cuando vivió la visión del Apocalipsis. Juan estaba prisionero, pero entrar al tiempo de Dios lo hizo total y absolutamente libre. A la isla de Patmos iban los disidentes del imperio romano, los que eran más peligrosos para ese estado, aquellos que luchaban contra el emperador. Y Juan. ¿Por qué estaba preso Juan? Él lo dice: por causa del testimonio de Jesucristo y la palabra del evangelio. Ese era su delito. Porque los hombres que piensan, siempre han sido un peligro para la sociedad, sobre todo para los dictadores.
Cuando hay hombres que piensan, los dictadores tiemblan, los corruptos tiemblan. Mientras haya en un país una manada de imbéciles que no tengan la audacia de pensar ni de decir lo que piensan, mientras haya cobardes así, nunca nadie temblará delante del evangelio. Pero cuando se levantan hombres y mujeres que piensan la palabra de Dios y tienen agallas para decir lo que piensan de Dios y en Dios, entonces la humanidad tiembla, el mundo tiembla, el país temblará algún día. Cuando se levanten hombres y mujeres que hablen la palabra de Señor en el tiempo de Dios.
Y ahí estaba este célebre maestro de la palabra que es Juan: preso por la palabra de Jesucristo. En su tiempo humano, ese tiempo de tragedia, tiempo de lágrimas, tiempo de esclavitud, tiempo de dolor, tiempo de látigos. La isla de Patmos, hasta el día de hoy, existe. Dicen que cuando se hacen excursiones turísticas a Patmos, todavía se puede apreciar que es una isla llena de rocas; es una prisión estatal, nadie vive allí, ni siquiera los pájaros. No hay lugar hospitalario allí, es una isla maldita. Es uno de los lugares más tenebrosos de la tierra, no hay esperanzas allí. No puede haber nada, siempre fue una cárcel y lo será; símbolo de la opresión y la esclavitud de un imperio, hasta el día de hoy.
Y allí estaba el apóstol. En su tiempo humano. Pero de pronto los cielos se abrieron, y comenzó el glorioso tiempo de Dios, y dice: Estaba yo en el Espíritu del Señor; en el día del Señor, y una voz que me dice: ven y sube acá. Y es transportado entonces a esa gloriosa presencia de Dios, donde comienza a ver la gloria de Dios y nos escribe esa palabra poderosa en la profecía, la más alta de toda la Biblia, que es el Apocalipsis. Porque el hombre debe reconocer una cosa: estamos viviendo en el tiempo humano, pero de pronto ese KAIROS irrumpe en la vida de los hombres, produciendo los milagros más extraordinarios.

miércoles, 8 de abril de 2009

CON CONFIANZA A LOS PIES DEL MAESTRO


"Antes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado Cristo.." Filipenses 1:20b
Es sumamente necesario confesar y reconocer que muchas veces nos hemos dejado influenciar por las circunstancias al punto de olvidarnos, feneciendo en la desesperación, trastornados a tal punto de dejar de lado lo que nos enseña Tu Mensaje. ¡Qué actitud irreverente la nuestra! Como si tú, majestuoso Dios, rey del universo, pudieras considerarte limitado por los hechos; como si tú, Dios mío y rey mío, no fuera el Dios de los quiméricos. En muchas ocasiones me he dejado vencer. Y mi desconfianza en tu poder y tu grandeza me ha llevado a la desazón, contagiándome desesperada, dando mis oídos a los problemas y acontecimientos mundanos, olvidándome de tu grandeza y poderío. Oh Señor, nos humillamos, necesitamos tu perdón, límpianos con hisopos y seremos más blancos que la nieve. Instruidnos a elegirte siempre a Ti. Danos el poder de creerte siempre a Ti. Es imperiosa que vivamos esa fe valerosa, denodada, confiando ciegamente, aferrada a la VERDAD que eres Tú, para dejar de ser oidor temeroso de Tu voz, convirtiéndonos en hacedores de Tus obras que son siempre extraordinarias. Qué bálsamo tan maravilloso es para nuestra alma saber que Tu Palabra perenne es inmune. Que Tú en ningún tiempo complicas, ni te equivocas. Auxíliame a recapacitar en Tus ofertas cada día más, para que pueda almacenarlas en mi espíritu. Instrúyeme a poner en práctica las exhortaciones de Tu Palabra en todos los sitios de mi vida porque así escaparé de muchos problemas y conquistaré grandes victorias. Quiero ser hábil de llevar gloria a Tu nombre apostando mi fe por completo en Tus locuciones. Quiero amarte como Tú vales. Haz que yo pueda ser de ese género de persona competente y digna de confiar en Ti antes que en mi misma, para descubrir todo lo que tienes para proveerme. Haz que tenga la sapiencia y la valía de actuar en fe cuando sea imperioso, creyendo que Tú concebirás la misión tal como lo dice Tu Palabra. Te ensalzo con ímpetu de Espíritu, en el Nombre de Jesús. Amén.