jueves, 19 de febrero de 2009

ÉL ES DIOS...de dioses


Aún las tinieblas no encubren de tí, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz.

(Salmo 139: 12

¿Te das cuenta que para que Dios obre, no le hace falta luz, espectáculo, ni tiniebla? Al poderoso Creador del cielo y de la tierra le da igual la noche que el radiante día de sol; Él es Dios. Establece lo mismo en el valle que en el monte, en abundancia que en escasez; Dios sigue siendo Dios, Él está facultado para realizar cualquier asunto. Él no hace diferencia entre la luz y la oscuridad.

A veces, cuando estamos pasando momentos amargos, aflicciones y derrotas tras derrotas, nos damos cuenta que vamos atravesando la noche más tenebrosa de nuestra existencia y sentimos que vamos desmoronándonos cada vez más, empezamos realmente a desesperarnos porque creemos que estamos fuera de su voluntad.

Claro que SÍ… hay una oscuridad que es resultado del ERROR, que es el pecado, pero te quiero dar una buena noticia: también hay una enorme oscuridad cuando nuestro gran Señor, aprovecha para guiarnos a una luz resplandeciente que es su presencia.

Y por último te invito que reflexiones en este pasaje: (Génesis 15: 12) Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él. Gloriosas y eternas son sus palabras. Dice que aquí cae el sol, es de noche. Sin dudas nos impacta el evento, por cuanto es de NOCHE cuando el PACTO más importante es consumado (Génesis 15: 18). Dios, muchas veces, nos tiene que abatir de espaldas a la tierra; y esto nos transporta a madurar porque cuando nos mantenemos de pie en soberbia o creyendo que todo sabemos, nada podemos recibir para que seamos verdaderamente transformados por el PODER y la AUTORIDAD DEL QUE VIVE Y REINA POR LOS TIEMPOS DE LOS TIEMPOS.

Hay luz A LOS PIES DEL MAESTRO.

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