Quiero decirte algo que tal vez en muchas ocasiones fue motivo de tu decepción, de tu malestar. Y quizás en la oscuridad de tus angustias sentías desmoronarte. Pero quiero que te acuerdes que el maestro más excelso que pisó esta sagrada tierra, Jesucristo dijo: "Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como la da el mundo". Tengamos presente que la paz aparente que es la del mundo viene de afuera. Y es el efecto de circunstancias externas optimistas. Pero… cuando se camina deficientemente afuera, se cancela la paz interior. Y que maravilloso es saber que la paz que nos propone y nos enseñó Jesús es de adentro hacia fuera; es poderosa y anula a los ataques de los sucesos nocivos. Es una paz "que sobrepasa todo entendimiento" Filipenses 4:7.
No afecta nada que pueda suceder afuera. No es paz por procedencia de luchas sino paz aún en grandes batallas. Es sentir la fortaleza,.Es VIVIR la paz aún estando en un horno de fuego o dentro de las cuevas de los leones.
Este tipo de paz es la que nadie puede arrebatarnos por que no pertenece al área externa sino que nace y habita en nuestro corazón, donde reside el Espíritu de Dios. Donde vayamos la llevamos, la irradiamos, porque somos portadores de su presencia, y vamos transmitiendo donde apoyamos la planta de nuestro pies. Pero la fuente de Paz es el hijo del Dios viviente, aquel que vino a traer palabra de vida eterna. Cristo al ofrecer su vida en ofrenda pagó nuestros errores pasados, presentes y futuros, y en su gloriosa resurrección declaró que Él es la resurrección y la vida. Y aquél que cree en su palabra tendrá vida eterna... Si CREES en esta promesa y crees que la sangre de Jesucristo fue capaz de anular cualquier decreto contra nuestra vida, y si esto fue suficiente para Dios y para satanás, entonces hoy es un día de júbilo para mí y para ti, porque esto es real y eterno.
Solo hay que arrepentirse, acercase a Dios, reconocer que somos pecadores y que lo necesitamos. Él nos perdona, nos dará nueva VIDA y seremos personas nuevas si nos acercamos “A LOS PIES DEL MAESTRO”.
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